Aunque existen muchos temas de interés en el ámbito de la psicología y la terapia, he decidido
inaugurar este blog con un post dedicado no tanto a una problemática específica sino más bien
relacionado con una forma de atención que, actualmente tras la pandemia del Covid 19, se
encuentra en auge: la terapia online.
Es cierto que existen muchas reticencias a la hora de realizar telepsicología y siempre se ha
asociado a una intervención que se considera más adecuada una vez que la relación terapeuta-
paciente ya está consolidada con anterioridad, mediante sesiones presenciales y tras un cambio
como traslado a otra ciudad, país, etc. Pero como consecuencia del reciente confinamiento que
sufrimos en los meses pasados su utilización ha constituido un recurso imprescindible y casi
obligatorio para que muchos psicólogos pudiésemos continuar atendiendo a nuestros pacientes
en este período de tiempo.
Entre las reticencias a utilizar este tipo de terapia podemos encontrar: falta de espacio/intimidad
en el domicilio donde se realiza la conexión, la desconfianza hacia el aprovechamiento de las
sesiones online, dudas sobre si será o no adecuado cuando se trata de un menor, así como temor
a posibles dificultades tecnológicas.
De todas éstas, la única que en mi caso ha constituido un motivo real de dificultad, ha sido la
falta de intimidad a la que en buena medida nos vimos sometidos durante el confinamiento al
tener que compartir espacio de forma continua con nuestros familiares, parejas o personas con
las que convivíamos. Debido a que se tratan temas tan personales y privados algunos pacientes
no pudieron optar en ese momento por esta modalidad de atención.
Lo cierto es que lo único necesario para llevar a cabo la terapia online es tener conexión a
internet y un medio por el que conectarse, ya sea ordenador, tablet o Smartphone, así como un
momento para sí mismo, sin ser molestado por nadie y disponiendo de un espacio de intimidad
garantizado.
En este período hemos podido comprobar desde las dos partes, psicólogo y paciente, que esta
atención es posible, útil y también eficaz para cualquier grupo de personas y edades.
Cuando se trata de personas que no están familiarizadas con las nuevas tecnologías, como es el
caso de algunas personas de edad avanzada o de otras generaciones, tan solo hace falta poder
ayudar y suministrar la información necesaria para resolver las pequeñas dudas o problemas
técnicos que puedan surgir.
Cuando se trata de menores y edades tempranas se hace imprescindible contar con la
colaboración de sus padres en ciertos temas como: que la mesa esté despejada y sin distractores,
ayuda para establecer la conexión o si esta falla poder comunicar cualquier problema que
necesiten resolver.
Como conclusión decir que esta herramienta de atención supone usar algo novedoso y actual
como son las nuevas tecnologías, pero también volver en cierta medida a las técnicas y
habilidades más básicas con las que cuenta un psicólogo, y no por ello menos eficaces, como
son: la escucha activa, comprensión, empatía, contención emocional y acompañamiento.
Siempre que la comunicación sea posible se podrá hacer terapia de una u otra forma.
Elisa López Caja
Psicóloga Sanitaria M-21402
Tienes toda la razón. Además de ser posible es muy necesario. Acostumbrarse a dialogar con un orofesional desde edades tempranas, evitaría muchos conflictos en estapas adultas.
Estimado Juan, ahora más que nunca hemos podido comprobar que la terapia online es posible y funciona. Rompiendo muchos prejuicios sobre este tipo de atención psicológica.
Efectivamente un problema atendido a tiempo siempre es mejor y evita mucho sufrimiento futuro.
Gracias por tu comentario.
Un saludo